DR. ARNALDO URBANO RUIZ
CRM 78064 | Eqr 25907 | RQE 36220 Cirujano General y Oncológico
Cáncer de ovario
El cáncer de ovario es un tumor ginecológico de difícil diagnóstico. Por este motivo, tiene las tasas de curación más bajas, ya que generalmente se descubre en una fase avanzada.
Según el Instituto Nacional del Cáncer (INCA), este año se esperan más de 6.000 nuevos casos y alrededor de 3.000 muertes por la enfermedad.
La mayoría de ellos, carcinomas epiteliales, se originan en células de la superficie del órgano.
Tratamiento
Una vez confirmado el cáncer de ovario, pueden estar indicadas varias opciones de tratamiento, según el estadio de la enfermedad y las condiciones clínicas de la paciente.
Cuando se detecta a tiempo, la cirugía generalmente es menos agresiva y tiene mayores posibilidades de curación. La calidad de la cirugía y la quimioterapia son diferencias importantes en el tratamiento del cáncer de ovario.
El cáncer de ovario epitelial, en el 75% de los casos, se encuentra en toda la cavidad abdominal, incluyendo órganos intraperitoneales, como el intestino delgado, el espacio subdiafragmático, el epiplón, el peritoneo parietal, el colon, el apéndice, el rectosigmoideo y la pelvis en su conjunto. En estos casos se opta por la quimioterapia para reducir la carcinomatosis o la cirugía como primer tratamiento.
Trabajos científicos recientes han demostrado que cuando se diagnostica carcinomatosis en este paciente, habrá una ganancia en la supervivencia si se trata con quimioterapia intravenosa, seguida de cirugía citorreductora y quimioterapia intraoperatoria hipertérmica (HIPEC). Para que esta cirugía óptima sea posible, el especialista destaca que es necesaria la formación y el conocimiento de todas las técnicas, ya que pueden ser necesarias resecciones extensas del peritoneal, colorrectal, apéndice y otros órganos que hayan podido verse afectados.
Además de una cirugía óptima y una quimioterapia intraperitoneal hipertérmica, la experiencia del médico y una infraestructura hospitalaria adecuada son importantes para reducir la morbilidad.
¡Estar a salvo!
Todas las mujeres deben consultar periódicamente a un ginecólogo y someterse a exámenes de rutina. Entre ellas, la ecografía será importante para comprobar si hay alguna anomalía en los ovarios. Si está presente, pueden ser necesarios análisis de sangre específicos y cirugía.
Alrededor del 10% de los casos tiene un componente genético o familiar. Por tanto, en el caso de antecedentes familiares de la enfermedad, o también de cáncer de mama, de útero o colorrectal, se debe informar al médico.
Cabe señalar que el examen preventivo ginecológico (prueba de Papanicolaou) no detecta este tipo de cáncer. La prueba es específica para el cáncer de cuello uterino.