El páncreas es un órgano situado detrás del estómago, de unos 15 centímetros de largo y 4 centímetros de ancho.

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En el páncreas se encuentran dos tipos principales de células. Las glándulas exocrinas, que forman glándulas y conductos exocrinos, producen enzimas pancreáticas que ayudan en la digestión de los alimentos; y endocrino, que son responsables de hormonas importantes, como la insulina o el glucagón.

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Según el Instituto Nacional del Cáncer (INCA), los tumores de páncreas más comunes son del tipo adenocarcinoma, que se origina en el tejido glandular, correspondiendo al 90% de los casos diagnosticados.

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El cáncer de páncreas en general es bastante agresivo y no presenta síntomas en su fase inicial. Por este motivo, el diagnóstico suele ser tardío, estando la enfermedad ya en un estadio muy avanzado. Cuando se extienden al peritoneo, por ejemplo, no hay indicación de cirugía, sino sólo de tratamiento paliativo.

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Esta dificultad en la detección hace que la enfermedad tenga una alta tasa de mortalidad.

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La incidencia es más significativa entre los hombres mayores de 60 años. Sin embargo, hay casos diagnosticados antes, a partir de los 40 años, pero muy raramente antes de los 30 años.